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El Barroco en Roma. Un movimiento artístico que llega a Roma para salvarla, levantarla y llevarla a su antiguo esplendor. Grandes artistas como Bernini, Borromini y Caravaggio, con sus obras maestras, darán una nueva vida y una nueva luz a una Roma golpeada por los saqueos, los problemas económicos y políticos.

El barroco en Roma hace resurgir a una Ciudad Eterna en gran sufrimiento económico, político y cultural. Luego de su nueva juventud, regalada por el Renacimiento y la presencia de artistas como Rafael y Miguel Ángel, el saqueo de Roma por germanos y españoles dejó a la ciudad papal tocando fondo. Con apenas 25.000 habitantes, los Estados Pontificios en su mínimo territorial y delincuencia en sus calles. A finales del siglo XVI e inicios del XVII, el papado comienza un trabajo de recuperación de la ciudad. Al mismo tiempo surgen nuevos genios como Bernini, Borromini y Caravaggio.

Los papas, como en el Renacimiento, contarán con los grandes talentos del momento para dar a Roma una nueva vida. Este período, el del barroco en Roma, acabará por dar a la ciudad una estructura muy cercana a la que tenemos hoy. Con lugares importantísimos de Roma, como la Plaza de San Pedro, que nacerían en esta etapa.

De basílicas en ruinas a grandes plazas

La Roma de la segunda mitad del siglo XVI era definida por algunos viajeros de la época como ‘’el cadáver de una ciudad’’. Muy lejos de la Roma imperial y muy lejos de poder preocuparse por el arte. Roma tenía problemas mayores. Y así se mantuvo por décadas.

Con el barroco en Roma, desde las grandes familias (como los Barberini) a los papas tendrían casi como motor principal el embellecer Roma de nuevo. Como en el Renacimiento, el Vaticano tuvo un gran protagonismo. El papa encargó a Bernini la creación de una nueva plaza a la altura de Roma. Bernini, con la increíble columnata, creó con la Plaza de San Pedro una de las plazas más bellas e importantes del mundo. Ambos títulos mantenidos bien en alto hasta nuestros días.

Otra de las grandes plazas que toma forma en el barroco en Roma es la Plaza Navona. Bernini es el encargado de construir su fuente central, la magnífica Fuente de los Cuatro Ríos. Borromini hará lo propio con la Basílica de Sant’Agnese, situada frente a la fuente. Los dos maestros barrocos harían de Plaza Navona lo que es hoy, uno de los lugares más espectaculares de Roma.

plaza san pedro
La Columnata de Bernini.
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Fuente de los Cuatro Ríos.

Bernini y Borromini: aliados y rivales del barroco en Roma

Los dos grandes protagonistas del barroco en Roma dejaron a lo largo de toda la ciudad una huella enorme. Ambos conviven en lugares como Plaza Navona o el Palacio Barberini, trabajando los dos en su construcción y decoración. Aunque su convivencia personal y profesional no fue tan idílica como sus resultados. Al ser las dos figuras de la época en Roma, ambos se disputaban los grandes encargos del papado o las familias poderosas. Y, los más grandes, fueron casi siempre a parar a Bernini. Como es el caso de la Plaza de San Pedro.

Bernini: una fuente inagotable

Bernini era un artista completo, polifacético, como los maestros renacentistas. Arquitecto, pintor, escritor y escultor sublime. El napolitano era una inagotable fuente de talento. Y, precisamente, entre sus muchos trabajos en Roma nos regalaría grandes fuentes. Además de la presente en Navona, creó la Barcaccia de Plaza España (realizada junto a su padre) y la Fuente del Tritón en Plaza Barberini.

Pese a haber diseñado palacios, plazas y fuentes con un papel importantísimo en la belleza de Roma (incluso de la Roma actual), Bernini es sobre todo reconocido por su talento a la hora de esculpir. Reinterpreta con maestría y originalidad, las grandes obras escultóricas de la antigüedad y del Renacimiento.

Los museos de Roma están repletos de sus estatuas, estudiadas por siglos en las universidades y escuelas de arte. El Rapto de Proserpina, por ejemplo, está considerada una de las obras escultóricas más importantes de siempre. La estatua se conserva en la Galería Borghese junto con otras obras maestras de Bernini como Apolo y Dafne o su David.

galeria borghese rapto de Proserpina
El Rapto de Proserpina, de Bernini, en la Galería Borghese.

Otras de sus esculturas no decoran salas de museos sino la propia Roma, como el Elefantino, un elefante que porta el obelisco frente a Santa Maria Sopra Minerva (cerca del Panteón).

El papado otorgó a Bernini una destacable responsabilidad en la reestructuración y reorganización de la ciudad. Un claro ejemplo es el de Plaza del Popolo, que durante el barroco en Roma cambiaría totalmente. Daría entrada a tres calles (una principal, Via del Corso) y con su obelisco central la plaza tendría dos grandes iglesias, las conocidas iglesias gemelas de Plaza del Popolo. Bernini no fue el arquitecto de las mismas pero sí el encargado de supervisar los trabajos iniciales y una primera reforma de la plaza.

Su implicación en la reforma de Roma llegó incluso hasta el interior de la propia Basílica de San Pedro, donde el genio crearía el famoso baldaquino.

La pintura del barroco en Roma: Caravaggio

Caravaggio irrumpió en la historia del arte con la misma fuerza que trasmiten sus pinturas. Una realidad casi brutal. Como la belleza que transmiten las cosas duras pero reales. Su talento no pasó desapercibido en Roma, donde quedaron muchas de sus obras para la suerte y disfrute de la ciudad.

Algunos de sus encargos fueron de temática religosa para decorar basílicas e iglesias, como el caso de San Agustín, San Luis de los Franceses y Santa María del Popolo. Otra maravillosa obra de temática cristiana, ‘La Deposición de Cristo’, se guarda en los Museos Vaticanos. También podemos ver trabajos del gran Caravaggio en la Galería Borghese (su pintura de Baco, entre otras), el Palacio Barberini, el Palacio Corsini, la Galería Doria Pamphilj y los Museos Capitolinos.

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Obras de Caravaggio en San Luis de los Franceses, en Roma.

El legado del barroco en Roma

Como vemos, el barroco en Roma tomó el relevo del trabajo de embellecimiento y renovación de Roma iniciado en el Renacimiento. Mientras que los renacentistas contaron con Miguel Ángel y Rafael al servicio de Roma, en el barroco ese papel recayó en Bernini y Borromoni. Ponemos estas dos figuras como grandes ejemplos, pues en ambos períodos el número de artistas trabajando en la ‘’reforma’’ de Roma eran muchos. Todos en su gran mayoría contratados por el papado, el gran poder económico y político detrás de ambos movimientos. Los grandes mecenas de la Roma renacentista y barroca.

El barroco dio a Roma la Plaza de San Pedro, dibujó la Plaza Navona, Plaza de España y Plaza del Popolo tal y como las conocemos hoy, reorganizó las calles de la ciudad y llenó Roma de obras maestras presentes en iglesias, museospalacios y por las vías romanas. ¿Qué es Roma sino un museo al aire libre?

Si quieres viajar por la Roma barroca en una visita guiada centrada en este período, su historia, legado y las maravillas que dejó en Roma, escríbenos y acompáñanos en un tour único.

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