Tu guía de Roma, En Roma
Las plazas de Roma, como pequeños o grandes Foros cotidianos, nos invitan a encontrarnos, a compartir la vida, las noticias, un café.
El agua en sus fuentes, un centro que nos oriente, sea obelisco, estatua o jardín, y el arte son regalos que encontramos en esas plazas.
En un viaje a Roma pasear por sus calles significa detenernos en estos espacios. Muchas veces son un simple cruce de varias vías o de estrechos callejones, pero siempre con terrazas que nos invitan a tomar un buen café. Entre charlas y niños (en las plazas de periferia) o turistas (en las más céntricas), podemos ver pasar la vida de la ciudad.
Saboreamos con gusto el ambiente y el arte que nos regalan las plazas de Roma.
De perifería, entre campos y villas, a centro cosmopolita de la ciudad muy cerca de Termini. Un parque con importantes testigos de la época antigua en medio del torbellino de uno de los barrios más importantes de la nueva Roma, capital de Italia.
Plaza Barberini era un lugar de artistas, rodeado por la belleza de villa Ludovisi y villa Peretti, dominada por el gran palacio Barberini. Hoy es una de las plazas más elegantes, a los pies de via Veneto.
La Plaza Venecia de Roma brilla con el blanco del grandioso Monumento a Vittorio Emanuele II. Frente a él se abre la Via del Corso y el camino a la nueva Roma, llena de monumentos barrocos y renacentistas. Plaza Venecia es la lujosa conexión entre las dos Romas, antigua y nueva.
Una es la puerta y tres los caminos. Como en un cuento de las mil y una noches, Roma nos da la bienvenida en Plaza del Popolo sin posibilidad de equivocarnos: cualquier vía será un buen sendero para llegar a los tesoros que nos ofrece.
Plaza Navona es como una de esas antiguas bañeras, colma, inundada, de agua, de gente, de mercados, incluso de procesiones, fuegos y batallas festivas. Nos sumergimos en ella para sentir que nuestros poros se dilantan cuando nos abandonamos a una ligereza sin prisas. A nuestro lado sus fuentes son juguetes que flotan, pasan, mientras nos quedamos quietos, dejándonos rodear por el placer de estar en Roma, sin más.
Plaza de España es un espacio que extiende la presencia del Palacio de la Embajada de España en la ciudad. Una plaza en la que festejar, encontrarse, pasar, contemplar gentes y detalles de su arquitectura. Pero también para jugar a imaginarnos en ella durante su historia.
La ‘Rotonda’, el Panteón, da nombre a esta plaza convertida en un hermoso espacio en el centro de Roma. Un claro en el bosque de la ciudad en el que encontrarnos con maravillas de la arquitectura y el arte.
Plaza de la República llena el espacio vacío de la Esedra (ábside) de las termas de Diocleciano. De ella recibe su forma, como si su aire recibiera un nuevo cuerpo, vestido de gala por la nueva Italia. Un cuerpo de esbeltas fachadas y de deliciosas Nayádes disfrutando del agua y el sol para hacer soñar a todos los que entraban en Roma desde Termini.
La Plaza de la Estación de Termini es un crucero. Cruce de vidas, de trenes, entre las dos líneas del metro, entre el centro y las periferias. Un lugar muy especial por el que pasamos con prisas o con la calma de estar de vacaciones, pero también vale la pena quedarnos en ella y disfrutar de lo mucho que nos ofrece: un buen lugar para encontrarnos en Roma.
El antiguo ‘Asilo’, lugar que hacía intocables a los perseguidos, valle para empezar una nueva vida dejando de ser un refugiado para ser un ciudadano, la Plaza del Campidoglio es uno de los símbolos de Roma, acogedora, sanadora, que nos hace sentir en una casa común.
Plaza San Pedro es un maravilloso territorio de frontera. Con sus brazos abiertos nos acoge acercándonos al pecho de la basílica y ella se muestra, nos atrae, brilla en esta plaza amplia de órbita elíptica en la que cada uno de nosotros podremos ser cuerpos celestes.
Las flores son un regalo, una exagerada locura para lo poco que duran, un beso dado en un momento que busca otros besos, otras flores. En este Campo dei Fiori Roma parece cultivarlas para curar sus dolores y regalárnoslas como hermosos dones perfumados nacidos sobre el abono.
Como el agua, como el aire, las plazas más importantes en Roma son imprescindibles para descubrir la ciudad: en ellas se quita su mascarilla para tomar un café con nosotros o contarnos al aire libre su historia en palabras de piedra y color, de frescura líquida, de luz y sombras.
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