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No es una casualidad que el Papa Francisco la eligiera para llevar a cabo su primera visita oficial tras su elección como obispo de Roma. La Basílica de Santa María Mayor es una auténtica joya que conserva en su interior obras de inestimable valor artístico, cultural y religioso.

La Basílica de Santa María Mayor ha significado el paso de una colina-cementerio (Esquilino) de la antigua Roma a lugar de luz y colores. Un manto de nieve lo ha blanqueado como un lienzo sobre el que se fue edificando esta maravilla.

Una de las basílicas más entrañables para los romanos y para todos los que la visitamos. Grandiosa, con tesoros de arte, pero al mismo tiempo, conservando el recuerdo de miles de historias de vida cotidiana, de devociones populares unidos siempre a la figura de María.

Historia de la Basílica de Santa María la Mayor

La basílica de Santa María la Mayor es una verdadera joya, rica de bellezas de valor incalculable. Desde hace dieciséis siglos se eleva sobre una de las colinas de la ciudad de Roma. Se encuentra en la parte superior del Cispio, una de las tres cimas de la colina del Esquilino. Es, además, una de las cuatro basílicas patriarcales de Roma y la única que ha conservado su estructura paleocristiana.

La Basílica y el milágro de la la nieve en agosto

La basílica de Santa María Mayor se conoce también como basílica «liberiana«. Una antigua tradición la relaciona con el Papa Liberio. Según esta tradición, en el 358, fue la Virgen María quien inspiró la construcción de su basílica en la colina del Esquilino. María se apareció en un sueño al patricio Juan y al Papa Liberio. Ella les pedía la construcción de una iglesia en su honor en un lugar que les indicaría milagrosamente. En la mañana del 5 de agosto, en medio de caluroso verano romano, la colina del Esquilino apareció cubierta de nieve.
el clima en Roma durante el invierno

El Papa trazó el perímetro de la nueva iglesia también llamada por esta razón «Santa María de la Nieve» y Juan financió su construcción. El milagro de la nieve se recuerda cada año el 5 de agosto. Desde 1983 uno de los casetones del techo se abre y una lluvia de pétalos blancos cae ante el altar durante el gloria de la misa de la mañana y durante el ‘magnificat’ de las vísperas. Por la noche, gran fiesta en la plaza ante la basílica.

Construcción de la Basílica de Santa María Mayor

Un texto del Liber Pontificalis afirma que Papa Liberio «Fecit basilicam nomini suo iuxta Macellum Liviae”. Las excavaciones arqueológicas llevadas a cabo bajo el suelo de la basílica nos han mostrado restos de un edificio que consta de varias habitaciones alrededor de un gran patio porticado. Son los restos de la primigenia basílica.

La actual basílica de Santa María Mayor fue erigida un siglo más tarde por el Papa Sixto III en honor de la proclamación de María como Theotókos – Madre de Dios – por el Concilio de Éfeso en el año 431 d.C. Fue construida entre el 432 y el 440. El mismo papa encargó los 42 paneles que representan escenas bíblicas y que aún adornan la nave central y el arco de triunfo.

La basílica fue ampliada en el siglo XIII por papa Nicolás IV. Este papa reconstruyó el ábside ampliándolo hacia atrás y adornándolo con mosaicos. También encargó una nueva fachada con mosaicos realizados por Filippo Risuti. Otros cambios se produjeron entre finales del siglo XVI y principios del siglo XVII. Los papas Sixto V y Paulo V construyeron las dos capillas laterales, llamadas Sixtina y Paulina. También realizaron el palacio a la derecha de la fachada.

Arquitectura de Santa María Mayor

La fachada actual fue encargada al arquitecto florentino Ferdinando Fuga por Benedicto XIV en 1743. Es uno de los mejores ejemplos del llamado barroco romano.

En la parte superior del pórtico se encuentra la gran «Logia de las Bendiciones«. Posee tres arcos divididos por seis columnas y culmina con una balaustrada con estatuas de santos y papas. La estatua central es de la «Virgen con el niño Jesús». La logia, por una parte, cubre la vista de los bellos mosaicos realizados por Risuti como parte de la antigua fachada. Por otra parte, esta logia ayudó a preservarlos. Se puede acceder a ella gracias a una escalera desde el atrio.

Estos maravillosos mosaicos representan el nacimiento de la Basílica de Santa María Mayor recordando el milagro de la nieve en verano.
En el centro del atrio se encuentra una puerta realizada en 1937. Esta puerta está decorada con relieves en bronce que representan la Encarnación. En la parte izquierda del atrio se encuentra la Puerta Santa donada a la basílica por la Orden Ecuestre del Santo Sepulcro de Jerusalén. Fue bendecida por Juan Pablo II el 8 de diciembre de 2001. Siempre en el atrio se encuentra la estatua de Felipe IV de España, benefactor de la basílica. El boceto de la obra, realizada por Girolamo Lucenti en el siglo XVII, es de Gian Lorenzo Bernini.

Fachada Basílica de Santa Maria Mayor

El campanario más alto de Roma

El campanario de estilo románico tiene 75 metros y es el más alto de Roma. Su construcción inició bajo Gregorio XI en 1370, a su regreso a Roma desde Aviñón.  Fue concluido casi un siglo más tarde gracias a la financiación del cardenal de Estouteville.

En su parte superior alberga cinco campanas. Una de ellas se llama «La Perdida» en recuerdo de una peregrina que, llegando a la ciudad a pie, había perdido su camino. Cuando se encomendó a la Virgen pidiéndole ayuda inmediatamente oyó el tañido de esta campana. Siguiendo su sonido llegó hasta la basílica de Santa María la Mayor. Para perpetua memoria la peregrina dejó una renta para que a las 2:00h la campana sonara. Actualmente en su lugar se encuentra otra campana donada por León XIII, mientras que la más antigua se conserva en el interior de los Museos Vaticanos.

El interior de la basílica

El interior de la iglesia es abrumador por su inmensidad, por el esplendor de sus mármoles y la riqueza de la decoración. El efecto monumental y grandioso se debe principalmente a la forma de la estructura, construida de acuerdo con los cánones del ritmo «elegante» de Vitruvio. La basílica de Santa María Mayor mide 85 metros de largo. Está dividida en tres naves gracias a dos filas de 42 preciosas columnas con capiteles jónicos. Sobre las columnas se asienta un artístico entablamento, interrumpido cerca del ábside. En estos puntos se crearon dos arcos erigidos para la construcción de las capillas Sixtina y Paulina.

En el 1500 Alejandro VI Borgia completó el maravilloso techo a casetones. El diseño del artesonado fue realizado por Giuliano da Sangallo y terminado por su hermano Antonio. Allí fue a parar el primer oro que llegó de la América. Un regalo de los Reyes Católicos Fernando de Aragón e Isabel de Castilla. Desde entonces la relación entre la corona española y la basílica ha sido siempre una constante. La imagen de Felipe IV en la entrada de la basílica es otro de los recuerdos de esta Roma española. A inicios de 2018 los reyes Juan Carlos y Sofía visitaron la basílica inaugurando una nueva iluminación de la basílica financiada por España.

Como una hermosa alfombra en el suelo se extiende la pavimentación de mosaico. Fue realizada por los maestros Cosmas y ofrecida a Eugenio III en el siglo XII por dos nobles romanos.

Cúpula Basílica Santa Maria Mayor de Roma

El altar y las reliquias en Santa María Mayor

El dosel que se eleva sobre el altar central fue realizado por Fuga. Ante él se encuentra la Confesión, encargada por Pío IX y construida por Vespignani, donde se conserva el relicario de la «Cuna Santa». Se trata de una preciosa urna de cristal y plata. Tiene forma de cuna y contiene piezas de madera que, según la tradición pertenecieron al pesebre donde había sido puesto Jesús. Este relicario fue realizado por Valadier y regalado por el embajador de Portugal. La estatua de Pío IX, el Papa de la Inmaculada Concepción, en oración ante la cuna, es obra de Ignazio Jacometti y fue colocada en el hipogeo por León XIII.

Desde la nave derecha se puede acceder al Baptisterio. Allí podemos admirar la taza de pórfido rojo y el relieve de la Asunción, obra de Pietro Bernini de 1610.

En la capilla de San Miguel se encuentra la tumba de Antonio Emanuele Funta, apodado «Nigrita», embajador del rey del Congo. Llegó a Roma en 1604 para obtener el envío de misioneros a sus tierras. Roma lo recibió con grandes festejos pero el pobre Nigrita murió antes de ser recibido por el papa Pablo V. El monumento representa la cabeza de Nigrita en piedra negra en la que destacan dos ojos muy blancos.

santa maria la mayor capilla paulina

Siempre en la nave derecha se encuentran la Capilla de las Reliquias y luego la gran Capilla Sixtina. Ésta fue construida en 1587 por Domenico Fontana y Carlo Maderno para el papa Sixto V. Está decorada con mármoles polícromos y alberga las tumba de Sixto V y de Pío V.

Sus maravillosos mosaicos

La singularidad de Santa María la Mayor, sin embargo, se debe a los espléndidos mosaicos del siglo V, en tiempos del papa Sixto III. Estos mosaicos se encuentran a lo largo de la nave central y en el arco de triunfo. En la nave central relatan cuatro ciclos de Historia Sagrada cuyos protagonistas son Abraham, Jacob, Moisés y Josué. En su conjunto, relatan el cumplimiento de la promesa de Dios al pueblo judío sobre la tierra prometida.

Mosaico de la Anunciación en Santa Maria Mayor

El ciclo termina con dos paneles, realizados en fresco. Uno muestra al rey David que conduce el Arca de la Alianza a Jerusalén. En el otro aparece el Templo de Jerusalén edificado por Salomón.

Cristo va a nacer  de la estirpe de David y su infancia se ilustra, según lo narrado en los evangelios apócrifos, en el arco de triunfo.

La basílica de Santa María Mayor y su ‘belén’

Una característica especial que merece ser recordada es que justo en esta capilla se conserva el segundo ‘belén’ más antiguo del mundo. Fue realizado unos 70 años después de que San Francisco, en el pueblo de Greccio, iniciara esta tradición para representar el nacimiento de Jesús.

La reconstrucción de un «Pesebre» tiene su origen en el 432 cuando el Papa Sixto III (432/40) creó en la Basílica primitiva una «cueva de la Natividad» similar a la de Belén. Durante el Pontificado de Teodoro I (642-649) llegaron a Roma desde Belén unas reliquias del pesebre y de los lienzos que envolvieron al niño Jesús.
Nicolás IV en 1288 encargó a Arnolfo di Cambio una representación escultórica de la «Natividad». Como nos ha pasado a casi todos, algunas imágenes del belén se nos pierden. De hecho, faltan 2 de las originales. Menos mal que mantenemos la de María con el niño, San José, los Reyes magos y las cabezas del buey y la burra. Carlo Fontana, a finales del siglo XVI, trasladó el Oratorio con las imágenes del Belén hasta la capilla llamada del Santísimo Sacramento o Sixtina. Por la presencia de estas reliquias de la cuna – pesebre, la Basílica de Santa María Mayor tomó también el nombre de «Santa María ad Praesepe o Santa María in Praesepium».
Fuera de la capilla, en el suelo, nos encontramos con la sencilla lápida de la familia Bernini. Allí están enterrados Gian Lorenzo y su padre Pedro, con el siguiente epitafio: «La noble familia Bernini aquí espera la Resurrección.»

La capilla Paulina

En la nave izquierda, simétrica a la Capilla Sixtina e igualmente lujosa, es posible admirar la Capilla Paulina. Fue erigida por orden de Pablo V Borghese por Flaminio Ponzio entre 1605 y 1615. La capilla está adornada con preciosos mármoles antiguos. En su interior se hallan las tumbas de Pablo V, Clemente VIII y algunos miembros de la familia Borghese, incluyendo Paulina Bonaparte, hermana de Napoleón I.
En esta capilla se halla la imagen de la Virgen más querida por los romanos, la de «Maria Salus Populi Romani», es decir, la «salvación del pueblo romano». Es un icono bizantino que se encuentra en esta capilla desde 1611 a petición de Pablo V. Representa a María que lleva en brazos al Niño Jesús que bendice con una mano y con la otra sostiene un libro, probablemente uno de los Evangelios.

Capilla Paulina Santa Maria Mayor
En la capilla Borghese los frescos del Cigoli (Ludovico Cardi, toscano amigo de Galileo) iniciados en 1610, año de la muerte de Caravaggio y tras la publicación del Sidereus Nuncius, tienen una luna bajo los pies de María representada según los nuevos descubrimientos del telescopio.

La obra, de fecha incierta, se puede datar entre los siglos VIII y XII. Bajo esta advocación María ha pasado a ser  la patrona principal de Roma. Su nombre proviene de la costumbre de llevarla en procesión por las calles de Roma para evitar peligros y desgracias, o poner fin a los mismos. El Papa Juan Pablo II, desde el inicio de su pontificado, quiso que una lámpara ardiese día y noche bajo el icono de María. Era un signo de su gran devoción a la Virgen.

Información para visitar la Basílica de Santa Maria Mayor

Entradas y precios:

La entrada es gratuita. Hay que pasar por un detector de metales situado en la plaza.

Entrada individual al Museo: € 3,00
Logia de las Bendiciones + Sala de los Papas + Escalera de Bernini: € 5,00

Horarios:

Todos los días de 07:00  a 18:45

Misas (en la Capilla Sforza):
Días laborables: 7.00 – 8.00 – 9.00 – 10.00 – 11.00 – 12.00 – 18.00.
Días festivos: 700 – 8.00 – 9.00 – 10.00 (en latín) – 12.00 – 18.00 (en el Altar Papal)

Dias de cierre:

Ninguno. Abierta todo el año

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Cómo llegar:

-Metro Línea A y metro línea B hasta Termini.
-Cualquier autobús que vaya hasta Termini.
-Desde el centro autobús 420

Ubicación:

Plaza de Santa Maria Maggiore, 00100 Roma RM, Italia

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Otras maravillas en Santa María Mayor

En la misma nave izquierda de la basílica de Santa María Mayor se puede observar la espectacular Capilla Sforza. Esta capilla es de planta elíptica y fue construida por Giacomo della Porta entre 1564 y 1573 con diseño de Miguel Ángel. A continuación encontramos la Capilla Cesi con los hermosos frescos de Sermoneta. Preciosa es también la Capilla del Crucifijo decorada con diez columnas de pórfido rojo y en la que además del crucifijo del siglo XV hay muchas reliquias conservadas.

Basílica de Santa María Mayor: la plaza

En la plaza ante la entrada de la Basilica, Plaza de Santa María Mayor, se encuentra la única columna de mármol de la Basílica de Majencio que se conserva íntegra. La denominada «Columna de la Paz» fue erigida por Carlo Maderno en 1615 por voluntad del Papa Pablo V. Este papa quiso poner encima la estatua de bronce de la «Virgen con el Niño» realizada por Guillaume Berthelot y Orazio Censore.

La disposición de la plaza en la parte posterior de la basílica, Plaza del Esquilino, se debe a Sixto V. Aquí el papa mandó erigir un obelisco de granito de casi 15 metros, sin jeroglíficos. El monolito estuvo originariamente a la entrada del Mausoleo de Augusto junto con el otro obelisco que se encuentra hoy en la Piazza del Quirinale. Fue encontrado en 1519 cerca de la Iglesia de San Roque en donde estaba enterrado y roto en tres partes.

3 Comentarios

    Me encantó la explicación. Conocer la historia de la iglesia, de su construcción, su estilo arquitectónico, sus símbolos, lo que representa. Lo que la religión provocó en el arte y la arquitectura me fascina. Qué bueno que se haya conservado el campanario en su estilo. El barroco ha tapado mucho el estilo románico. Aunque es más rico y elegante, me apena que quede poco de aquella arquitectura original.

    Me encantó la historia muy interesante! Solo me queda una incógnita: el significado del brazo levantado de Nuestra Señora.
    Gracias!!! 🙏

      Hola, María Concepción. En las representaciones el gesto de María, Reina de la Paz, indica por una parte una súplica, el brazo alzado de quien ora, pero al mismo tiempo es una señal de ‘alto’ de parar las hostilidades, las luchas. Paz, parad, parece pedir a los que luchan. Un saludo desde Roma.

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