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Nerón es uno de los emperadores de Roma que más ha dado que hablar a lo largo de la historia. Estuvo en el poder durante 14 años y con él terminaría la dinastía Julio-Claudia. Su imperio se vio siempre rodeado por conspiraciones, asesinatos, envenenamientos y una guerra interna continua. Con el Senado, con el pueblo, con su familia y consigo mismo.

Un personaje realmente curioso que nos acerca la realidad de los egos y lucha de poderes que se vivía entonces en la Antigua Roma. La vida de Nerón, llena de sangre, arte, traiciones y egocentrismo, acabó marcando el futuro de la historia de Roma. Desde la construcción de su Domus Aurea, de su Coloso hasta la revuelta de Judea o la de Boudicca. Sus extravagancias y decisiones han provocado el fluir de ríos de tinta de historiadores ya desde su tiempo.

Ascenso al poder

La llegada al poder de Nerón ya estuvo salpicada de asuntos turbios. Su madre Agripina era la mujer del emperador Claudio, quien había ordenado ejecutar a su antigua esposa Mesalina por adulterios e infidelidades descaradas.

Claudio tenía un hijo con Mesalina, Británico. Nerón era el hijo que Agripina había tenido con otro hombre y, por lo tanto, no el hijo natural de Claudio. Lo cual ponía a Británico como sucesor del Imperio.

Sin embargo, Agripina era una mujer con grandes ambiciones y consiguió que Claudio nombrara a Nerón como futuro emperador. Claudio murió de forma repentina y algunas fuentes aseguran que habría sido envenenado por Agripina para hacer que Nerón ascendiera a la cúspide de Roma.

Cultura, ambición y odio

Nerón se convirtió en emperador de Roma en el año 54, cuando él contaba con 16. Un joven que había tenido una educación envidiable, con el filósofo Séneca como tutor y consejero. Con gusto por el arte, la música y el teatro.

Sin embargo, por su precocidad y desconocimiento en muchos asuntos administrativos, Nerón se apoyaba en otras figuras más experimentadas. Desde el Senado, al propio Séneca y su madre. Senado que vivió unos primeros años de tranquilidad seguidos de la tormenta absoluta.

El joven emperador tuvo unos primeros años de buena gestión, promoción de la cultura y justas medidas económicas. Al igual que buena imagen militar.

Pronto Nerón comenzó a detectar las ambiciones de su círculo. Lo peor no fue que las detectara sino que, si no lo hacía, las deducía, inventaba o imaginaba pero con igual final: ejecuciones.

incendio roma
Nerón y Roma ardiendo’ de von Piloty

La locura de Nerón

El emperador no quería ver peligrar su posición y comenzó un cambio fuerte en su actitud y sus actos. Destinados ahora a establecer su posición como máximo poder en Roma, sin compartirlo ni ver que nadie lo discutiese o juzgase. Tampoco su familia.

El primero en poder disputarle el poder sería Británico. Un día antes de celebrar su edad adulta sufrió una muerte repentina presumiblemente a manos de Nerón. Quien negaría tal cosa afirmando que su hermanastro sufrió un ataque epiléptico.

Aquí su relación con su madre Agripina comienza a oscurecerse. Personas cercanas a Nerón le habían advertido del comportamiento de su madre. Diciéndole que intentaba influenciarle en sus decisiones, compartía su poder, se ponía a su altura e incluso conspiraba contra él.  Nerón ordenó su asesinato.

Su esposa Octavia corrió la misma suerte y Nerón se casó con su amante Popea Sabina. A la cual acabaría matando de una patada en uno de sus ataques de ira. Y a la cual sustituyó por un esclavo, Sporo, con rasgos similares a ella. Nerón lo hizo castrar y le hacía vestirse como Sabina. Incluso lo llamaba y lo trataba como si fuese su difunta mujer. Llegando a llevarlo como tal a actos públicos.

Al ir dejando de lado al Senado  y ejecutando a posibles rivales, entre ellos senadores, la centenaria institución se volcó contra el emperador. En diversas ocasiones senadores planearían un golpe contra Nerón. Quien respondía con mano firme y cruel. Ordenando infinidad de ejecuciones no sólo a los conspiradores sino de todo aquel de quien sospechase, no lo apoyase abiertamente o, en una ocasión, de quien lo mirase mal.

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‘Los remordimientos de Nerón tras matar a su madre’ de J.W. Waterfront

Una guerra abierta en la que cayó también quien fuese su mentor: Séneca.

Obstinado en ser artista

Mientras tanto, Nerón no dejó de cultivar su lado artístico, cantando, recitando y actuando incluso en público. Algo muy criticado por las clases altas. A su muerte, sus últimas palabras fueron »qué artista se pierde el mundo».

El princeps llegó a participar en unos Juegos Olímpicos. Lo hizo en los Juegos del año 66 en un acto que, además de competir, esperaba que sirviera para suavizar las tensiones en Grecia y recordarles la posición dominante de Roma. Y suya como su máximo representante.

Nerón participó en los Juegos en las carreras de caballos, como actor y como cantante. Se llevó a Roma trofeos aunque no hubiese ganado ninguna de las competiciones. Todos los historiadores coinciden en la entrega de esos premios bajo presiones y sobornos.

El incendio de Nerón

Hay un episodio de la vida de Nerón muy comentado históricamente: el incendio. Los incendios en la Antigua Roma era muy habituales. En el 64, la Ciudad Eterna sufrió uno muy grave, que comenzó en el Circo Máximo y se extendió por el Foro y el Palatino hasta destruir algunas partes de la ciudad casi por completo.

Algunos acusaron a Nerón de comenzar a propósito el incendio. Un ataque de locura de aquel ególatra que incendió Roma y tocó su lira mientras la veía arder. Historiadores de la época y posteriores así lo relataron, quedando casi como un hecho confirmado.

Pero la realidad habría sido otra. Pues fuentes de la época, incluso hechos históricos, parecen probar que Nerón se encontraba fuera de Roma en ese momento.

Sin embargo, lejos de verse afectado, Nerón aprovechó la ocasión para volverla a su favor contra uno de sus grandes objetivos: los cristianos.

Persecución de cristianos

Nerón afirmó ante Roma y el Senado que aquel terrible incendio había sido provocado por los cristianos. Aquellos ‘’locos’’ seguidores de una nueva y prohibida religión. Como consecuencia, el emperador endureció mucho más la persecución a los cristianos en Roma y realizó diversas ejecuciones.

Además, explotó una revuelta de los cristianos en Judea. Para aplacarla, el prínceps envió a uno de sus mejores generales: Vespasiano. Quien, junto con su hijo Tito acabaría arrasando Jerusalén. Aunque Nerón ya estaría muerto para entonces y, curiosamente, Vespasiano tomaría su sitio.

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Nerón en Jerusalén’ de Henryk Siemiradzki

Su monumental palacio

Nerón estaría en el poder hasta el 68. Su popularidad entre el pueblo y el senado fue cada vez a menos. Y su número de aliados se redujo prácticamente a la nada. Con esta situación, el Senado aprovechó para nombrarlo enemigo público y ordenar su ejecución. Nerón huyó en medio de la noche de Roma con algunos libertos y esclavos de confianza.

No tardaron mucho en saber que los perseguían y, antes de ser atrapado, Nerón ordenó a su liberto Epafrodito que lo matase con una daga.

Nerón se había ido, pero quedaba su obra más monumental: la Domus Aurea. En un vastísimo terreno, el emperador se había hecho construir uno de los mayores palacios jamás vistos. Todo un recinto con un lago artificial, un palacio con una arquitectura y decoración únicas y un fastuoso coloso.

La Domus Aurea, descubierta muchos siglos después en Roma. Influenció con su arte a artistas de la talla de Rafael Miguel Ángel. Marcando de alguna manera el Renacimiento en Roma.

Además, el hecho de haber construido un palacio propio quitándole un terreno enorme a los romanos provocaría el modo y el lugar en el que Vespasiano construiría el Coliseo.

Pues levantar un anfiteatro para el pueblo en el terreno del antiguo emperador que los romanos veían como un tirano fue una publicidad importantísima para la popularidad de Vespasiano y su afirmación en el poder.

domus aurea sala octagonal
Sala Octogonal de la Domus Aurea

Coloso de Nerón

Uno de los elementos de esta Domus Aurea era una enorme estatua del emperador: el coloso de Nerón. Una escultura de 35 metros de altura cuya cabeza era la del mismo Nerón. Un gigante que mostraba el poder de Nerón, la grandeza de su ego y del deseo de retener ese poder.

Cuando Vespasiano venció la guerra civil que sucedió la muerte de Nerón y se hizo emperador, recordó el coloso.

Vespasiano ordenó que se le cortara la cabeza de aquel coloso y se le colocara una nueva que representara al dios Apolo. Y así se hizo. El coloso se conservó en su lugar original aunque ahora ya nada tenía de Nerón.

Además, en el lugar donde se encontraba el lago de la Domus Aurea, Vespasiano levantó el Anfiteatro Flavio, el Coliseo.

El siglo siguiente, el emperador Adriano mandó trasladar el coloso al lado del anfiteatro. Para ello tuvieron que utilizar la ayuda de 24 elefantes.

Aquel coloso comenzó a relacionarse con el anfiteatro y, con los siglos, acabó dándole nombre. Coloso, Colosseo, Coliseo.

historia del coliseo

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