Los inicios de la basílica de San Pedro
El ‘ager Vaticanus‘ tuvo un carácter sagrado ya en tiempos de los etruscos. Esta zona, malsana y marginal de la antigua Roma, fue bonificada en el siglo I y pasó a ser propiedad imperial. En esta zona, Calígula construyó un circo privado, completado por Nerón. Este circo fue el lugar en donde san Pedro sufrió el martirio. Hacia el 320 Constantino fundó la primera basílica sobre la tumba del apóstol.
Los impresionantes trabajos para allanar la colina vaticana sepultaron la necrópolis pagano-cristiana. La primitiva basílica de San Pedro fue completada por Constante en el 349. El templo pasó a ser un importante centro espiritual. Fue el lugar de la memoria del primer pontífice y símbolo de la legitimación de la fe cristiana por parte del poder imperial.
A partir de Carlo Magno al significado religioso se le añadió un significado político con el nacimiento del estado de la Iglesia. Carlo Magno fue coronado por Leon III en la Navidad del año 800. Su encoronación no fue en San Juan de Letrán sino en la basílica de San Pedro, “piedra” tanto de la Iglesia como del nuevo imperio.
Renacimiento de la basílica de San Pedro
Con el regreso de los papas a Roma (1377) tras el exilio en Aviñón, el Vaticano fue elegido como residencia pontificia definitiva suplantando al Laterano. Con el papa Nicolás V, el primer papa del renacimiento, empieza el período de oro del poder temporal de los papas con una gran transformación de la ciudad y de la basílica de San Pedro. Poco después Sixto IV hace construir la Capilla Sixtina, consagrada en 1484. Su exterior la hace semejante a una torre mientras que el interior retoma las dimensiones del templo de Salomón.

Durante el s. XVI e inicios del XVII trabajan en la construcción de la nueva basílica arquitectos como Bramante, Rafael, Sangallo, Vignola, Ligorio, Miguel Ángel, Della Porta, Fontana, Maderno y Bernini. Al final, la nueva basílica de San Pedro fue consagrada por Urbano VIII en 1626. El columnado de plaza San Pedro será construido más tarde por Gian Lorenzo Bernini entre 1656 y 1667.

A la sombra del ‘columnado’ en la plaza ante la Basílica de San Pedro
Datos curiosos, en cifras
Os indicamos algunas medidas, aunque lo importante son las sensaciones cuando entras.
22067 metros cuadrados. 186 metros de largo (con los muros y el pórtico son 218 metros). La fachada tiene 114,69 meros de ancho. El diámetro de la cúpula es de 42,56 metros y tiene 136,57 metros de altura, hasta lo más alto de la cruz.
Visita guiada en el Vaticano (en privado o formando parte de un grupo).