Divinidades romanas en el Palacio Altemps

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El Palacio Altemps  es uno de los lugares imprescidibles que debes visitar durante tu viaje en Roma. Cerquísima de Plaza Navona, contiene una importantísima colección de arte clásico: hay esculturas romanas, griegas e incluso egipcias. Entre toda la variedad de temas artísticos, nos centraremos en las divinidades romanas en el Palacio Altemps.

La colección perteneció a diversas  familias de la nobleza romana, aunque cabe destacar  la colección de Loduvico Ludovisi, sobrino del papa Gregorio XV. Todas las esculturas son presentadas siguiendo el gusto del siglo XVII. Hoy en día, el Palacio Altemps pertenece al conjunto de Museos Nacionales Romanos, con la entrada también puedes entrar a la Crypta Balbi, a las Termas de Diocleciano y al Palacio Massimo en un plazo de tres días.

En esta entrada os vamos a explicar algunas de las divinidades romanas expuestas en el Palacio Altemps. En el tiempo de tu visita, te encontrarás con esculturas de belleza pausada y solemne, y con otras llenas de dramatismo y viveza. He aquí nuestras explicaciones, aunque como podréis comprobar, las creaciones hablan por sí solas:

Juno Ludovosi

Esta escultura, de una incomparable belleza, fue esculpida en el siglo I d.C. Juno fue una de las deidades mayores de la religión romana, formando parte, junto a Júpiter y Minerva, de la Tríada Capitolina. Se asemeja a la diosa Hera de la Antigua Grecia y su culto es fruto de la asimilación romana de los dioses griegos, debido a la gran admiración que sentían éstos por la cultura griega. Era la diosa del matrimonio y la reina de los dioses. Representaba, además, la maternidad.

Esta creación escultórica se caracteriza por el uso de líneas firmes y suaves. Los griegos no buscaban representar la realidad tal y como era, sino que aprehendían de ella y construían una realidad ideal.  Lo que tenemos presente no es el resultado de la contemplación de una única mujer, es, por el contrario, fruto de la observación de la naturaleza femenina.

El artista contemplaba  todas las características y particularidades de cada persona hasta conseguir determinar lo que la naturaleza humana debe ser aunque no lo sea. En las obras clásicas había, por tanto, cierta lejanía y solemnidad digna de la representación de dioses y  héroes, cuya precisión conseguía una belleza armónica sin igual.

Juno es una de las divinidades romanas más importantes expuestas en el museo Altemps.

Nacimiento de Afrodita, Trono Ludovisi

Esta obra tiene múltiples interpretaciones iconográficas, aunque la más aceptada es la del Nacimiento de Afrodita.  Afrodita, Venus para los romanos, fue la diosa del amor sensual, la belleza y la fertilidad. Esta diosa fue ampliamente adorada y venerada por el pueblo griego y romano. Su origen, en la mitología clásica, se remonta a la acción del dios Cronos que, después de castrar a Urano, lanzó sus atributos sexuales masculinos al mar. Luego de haber lanzado los genitales del dios, el agua se llenó de espuma y entre las olas nació Afrodita.

El Trono de Ludovisi, datado en  el 460 a. C., nos muestra un período de transición entre el arte arcaico, caracterizado por el hieratismo, y el arte clásico, caracterizado por la armonía y la búsqueda de la belleza ideal. Esta escultura tiene una gran importancia en la historia del arte ya que intruduce el desnudo femenino, y aparece por primera vez la técnica de paños mojados.

Composición del Trono Ludovisi

En esta escultura podemos ver a Afrodita, que sale del agua. Rodeándola se encuentran dos mujeres vestidas que intentan ayudarle y ocultar su cuerpo.  Estas mujeres son Horas, y son la personificación en la mitologia griega y luego romana de la naturaleza y de las estaciones. En los paneles laterales encontramos, por un lado, a una mujer totalmente vestida y tapada, preparando alguna libación u ofrenda para los dioses, y en otro lado, encontramos a una mujer desnuda tocando la flauta.

Estas mujeres seguramente representen una al amor sensual, por su actitud ociosa y de esparcimiento, y otra al amor divino, más puro, casto y gratificante. Es curioso que esta temática se haya  repetido también durante toda la cristiandad. Por un lado, se encuentra el amor profano, carnal y caduco. Y por otro lado, el amor sacro, sempiterno y espiritual, que se acerca a lo divino y se aleja de la naturaleza humana, errada y banal.

El trono de Ludovisi es la obra más compleja y difícil de analizar para los expertos, es por ello una de las creaciones escultóricas de las divinidades romanas en el Palacio Altemps más conocidas e importantes.

Dionisio o Baco

Dionisio para los griegos y Baco para los romanos, era el dios de la fertilidad y del vino. Baco está profundamente relacionado con la agricultura y con el teatro. Era inspirador de la locura pasajera y del éxtasis. Libertador de las emociones humanas y de las sensaciones carnales, consigue acercarse más que nadie a la naturaleza del hombre, a sus deseos y a sus pulsiones. El vino actúa como inhibidor de la vergüenza y del control, y al beberlo, las personas se sumergen en profundo frenesí.

Como en la escultura que podemos ver en el museo Altemps, Baco es representado como un  joven andrógino, imberbe y desnudo. Identificamos a Baco porque siempre lleva consigo un racimo de uvas en la mano y está coronado con un ramo de hiedra o de vid.  La uva es símbolo de la pasión amorosa, de la lascivia y de la lujuría, por el caracter afrodisíaco del vino.  Por otro lado, la hiedra, que crece abrazada a los árboles y a las paredes,  recuerda al cuerpo de los amantes que se unen ardientemente.

Toro Apis

Se trata de un tema muy recurrido en el arte egipcio puesto que el toro era venerado con gran devoción al estar profundamente relacionado con los dioses. En concreto, este ejemplar pertenece a la era Ptolemaica, fundada por Ptolomeo I tras la expansión del helenismo y de Alejandro Magno por el Antiguo Egipto. La escultura fue incorporada a Roma durante la época imperial. Pero, exactamente, ¿qué representa?

El Toro Apis, simbolizado comunmente con el disco solar Uraeus entre los cuernos, era la encarnación de la fecundidad del suelo. Era venerado por su poder para la germinación y la procreación de la naturaleza y de los cultivos. Era, por tanto, la imagen de la fertilidad y de la fuerza, fuente de vida para todo el pueblo.

Para entender la importancia de este culto hay que sumergirse en el pasado. El ganado vacuno era imprescindible para el desarrollo de la agricultura (por ejemplo, para el arado del trigo, de la cebada o de la avena). La agricultura era el sustento del pueblo y gracias a la satisfacción de las necesidades básicas y a los excedentes, se pudieron desarrollar actividades más livianas y gratificantes (entre ellas, el comercio). Éstas estaban más relacionadas con la naturaleza espiritual del hombre que con su mera subsistencia. Por ello, estos animales han sido imprescindibles e importantísimos en el desarrollo de la historia y de la evolución humana.

Curiosamente, en la época tardía egipcia, se convierte también en el dios de los muertos. Se encargaba de llevar el difunto a la tumba, ayudándole en su camino hacia el Más Allá. Su culto fue trasplantado a Alejandría, ciudad fundada por Alejandro Magno, y se difundió entre griegos y romanos, llegando inluso a ser uno de los cultos más populares. Es por ello que hoy nos lo podemos encontrar aquí, en Roma.

Datos prácticos para visitar Palacio Altemps

Se encuentra cerca de Plaza Navona y está abierto todos los días salvo los lunes ( desde las 09:00 hasta las 19:45).

Tiene un precio de 13 euros público general.
Gratuito para los menores de edad y los mayores de 65 años pertenecientes a la Unión Europea.
2 euros para los jóvenes de entre 25 y 18 años pertenecientes también a la Unión Europea.
Su ubicación se encuentra en concreto en la Piazza di Sant’Apollinare, 46.

Y si deseas realizar una visita guiada con los guías especializados de Turismo En Roma, no dudes en escribirnos a [email protected]

Espero que os haya gustado toda esta información sobre las divinidades romanas en el Palacio Altemps en Roma. El Palacio es uno de los lugares más bellos e interesantes de toda Roma para conocer el arte clásico, por ello, no puedes irte sin visitarlo ¡Qué disfrutes!

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