El Vittoriano, un rey, un altar y una patria

Monumento Victor Manuel II

El Vittoriano, un rey, un altar y una patria

Monumento Victor Manuel II

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“La gran máquina de escribir”, como la llaman los romanos, es uno de los monumentos más imponentes y solemnes de Roma. La simetría, la majestuosidad y la solidez del edificio son el resultado de las luchas del Risorgimento italiano. Este período de la historia italiana tiene como protagonista principal al rey Vittorio Emanuele II. Durante una ceremonia presidida por Umberto I en marzo de 1885, fue puesta la primera piedra de un edificio construido en la colina capitolina. Un lugar intrínsecamente unido a los orígenes de Roma y sede de la tríade capitolina. El monumento fue posteriormente inaugurado por Vittorio Emanuele III, en ocasión de la Exposición Internacional que conmemoraba los cincuenta años de la unidad de Italia.

Ettore Ferrari y Pio Piacentini fueron los que propusieron la idea de construirlo en esta colina. Surgió por ello una gran polémica al tener que destruir numerosos edificios anteriores de gran interés como la torre de Paulo III.

A pesar de todo se siguió adelante. Se eligió, tras varias vicisitudes, el proyecto del arquitecto Giuseppe Sacconi y, tras varios retrasos, los trabajos concluyeron en 1935, ya en plena época fascista.

Las celebraciones de la Fiesta de la República Italiana en el Vittoriano

El ‘Vittoriano’, monumento a Vittorio Emanuele II. Un símbolo de Italia

El monumento a Vittorio Emanuele II tenía que tener características arquitectónicas y ornamentales bien determinadas. La idea era la de realizar un gran altar de tipo helenístico como el de Pérgamo. Se construyó como si fuera una gran ágora con tres plazas superpuestas. Una gran escalinata va ascendiendo como símbolo de la nueva Italia tras la de los césares y la de los papas. De ahí que fuese elegido más tarde como símbolo de los cincuenta años de la unidad de Italia. De hecho, todas las estatuas, las decoraciones, los particulares arquitectónicos representan en algún modo los valores del pueblo italiano: virtudes cívicas, regiones, símbolos del antiguo poder de Roma.

monumento victor manuel II (vittorio emanuele II) fuente, estatua ecuestre y cuadriga

Entre los elementos constitutivos del monumento destacan la imponente estatua en bronce de Vittorio Emanuele II, la de las victorias aladas y el columnado corintio. En el monumento resaltan también las frases latinas “Patriae unitati” y “Civium Libertati” en la parte alta y las fuentes que encontramos a nuestra altura. Estas fuentes están situadas a ambos lados de la escalinata central. Además, son el símbolo del Italia flanqueada por los dos mares: el Adriático (a la izquierda) y el mar Tirreno (a la derecha). Dos estatuas muy expresivas y poderosas que personifican ambos mares y que fueron realizadas por Emilio Quadrelli y Pietro Canonica.

Podemos decir entonces que el Vittoriano desde su inauguración del 4 junio 1911 no fue sólo un monumento de la nueva Italia. En la historia, asumió muchos significados. Inicialmente fue el edificio que representaba en cierta forma una “religión de la patria”. Durante la segunda guerra mundial llegó a ser una exaltación de la idea de una nueva Italia fascista. Pasó a ser, en ese momento, una especie de escenario para las citas políticas del régimen totalitario. Cuando ese régimen cayó, el Altar de la Patria intentó disociarse de la simbología fascista que lo había utilizado.

Vittoriano desde Via dei Fori Imperiali
Vittoriano desde Via dei Fori Imperiali

El Vittoriano y el curioso puente entre Italia y España

Una de las curiosidades que encierra este grandioso monumento nos recuerda un período muy complejo de la historia de España. El rey Vittorio Emanuele II, el que aparece en el centro del monumento y que le da su nombre, tuvo un hijo que fue rey de España con el nombre de Amadeo I de Savoya. Las Cortes españolas lo eligieron como rey cuando tenía 25 años, precisamente el 16 de noviembre de 1870. Mientras Roma pasaba a ser parte de Italia, el hijo del rey de Italia llegaba a España.

Sin embargo, a los pocos años, tras un atentado fallido, renunció al trono el 11 de febrero de 1873 dando lugar a la primera República española. En agosto de ese mismo año, Emilio Castelar concluyó las negociaciones que se habían desarrollado bajo la monarquía de Amadeo I, período privilegiado para las negociaciones entre España y la joven Italia, para llegar a la creación de la Academia de Bellas Artes en Roma.

El Vittoriano hoy

También hoy el Altar de la Patria para los italianos y no, es un símbolo de la Italia unida. Representa la solemnidad y la majestuosidad de Roma. El edificio, al igual que la diosa Roma que se encuentra en el centro, quiere transmitir una idea de simetría, de equilibrio y grandiosidad.

Interior del monumento a Vittorio Emanuele
Interior del monumento a Vittorio Emanuele II con el modelo de la cuádriga con la Victoria

Muchísimos turistas se quedan boquiabiertos ante el monumento con su cándido marmo ‘botticino’. Sus piedras, por una parte, reflejan la luz cálida del aterdecer. Por otra, también se tiñen con la luz tímida del sol cuando nace. En este grandioso marco encontramos la sede de exposiciones y conciertos, lugar que alberga colecciones de arte e historia. El Vittoriano como atracción turística nace después de la Gran Guerra cuando se empezaron a hacer peregrinaciones a los lugares que eran símbolos del conflicto. Desde que el 4 de noviembre de 1921 recibió los restos del Militar Desconocido (el paradógicamente famoso Milite Ignoto), el Vittoriano se conviertió en un Altar que conmemora a los que han dado su vida por Italia.

Paseando por via del Corso entreveo las estatuas de las victorias aladas. Sorprendida y fascinada por esa majestuosidad e imponencia, me doy prisa para intentar capturar esa imágen en mi máquina fotográfica. La fotografía es la disciplina que me hace acercar a la realidad a través de un objetivo. De hecho, llega a trasformarse en un arte de ver.

Desde la fotografia más antigua que tenemos (1827, Niépce) hasta hoy muchísimos artistas, fotógrafos y aficcionados han testimoniado su forma de ver la realidad. Y el monumento a Vittorio Emanuele II es uno de los que han recibido más ‘miradas’. En efecto, parece estar hecho para impresionar la retina y la imaginación.

Tour del Coliseo en el Foro de Cesare
Nuestro grupo del Tour Coliseo, Foro y Palatino en el Foro de César, a la sombra del Vittoriano.

Con sus grandes espacios expositivos, el Vittoriano no es sólo una fachada. En su interior encontramos muchas obras de grandes autores y exposiciones temporales, en muchos casos dedicadas a la historia de esta Italia que nos recibe.

Me gustaría concluir esta breve descripción del Vittoriano con las palabras que están grabadas en el escudo de la cuádriga de la derecha, dedicada a la Unidad de Italia. Allí encontramos esta frase de Tito Livio que es una invitación: Hic manebimus optime (Ab Urbe condita, V, 55), es decir, ‘Aquí estaremos muy bien’. Os aconsejamos que no dejéis de experimentarlo.

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